Una nueva revisitación al concepto de los hombres lobo, en esta ocasión desde su punto de vista.
El final del siglo XIX vio surgir desde la mente de los escritores todo tipo de terroríficas criaturas. Quizás fuera la escasa cultura media de la población, la oscuridad de las noches de una Europa pre-industrial o que simplemente a la gente, a falta de otra cosa mejor que hacer, en el fondo le encantaba pasar miedo. El caso es que dicha ambientación se convierte en ideal para el Homocánido de Iñaki g. Holgado.
En la obra nos encontramos con una pareja de hombres lobo, que no son mostrados como seres que enloquecen con la luna llena sino como personas que pueden cambiar de aspecto a voluntad, que conscientes de su situación se alejan de la sociedad. Con el tiempo tienen un niño, que al alcanzar la adolescencia se convierte en lobo, pero es incapaz de volver a ser humano.
Al leer la obra no he podido evitar que pasara por mi mente un par de veces el recuerdo de ciertos mutantes que edita Marvel. El ya mencionado tema de la adolescencia o una persecución que trajo a mi mente la primera aparición de Rondador Nocturno; lo que ni mucho menos quiere decir que esta obra copie de aquella, sino que mas bien ambas beben de las mismas fuentes.
En definitiva, Homocánido es una muy recomendable obra autoconclusiva, que se lee de un tirón y con un dibujo que se sale a veces un poco de lo convencional, pero acompaña muy bien a la narración.