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Ficha:
Título original: Killraven vol. 1, nºs 1 al 6
Autores: Alan Davis y Mark Farmer
Traducción: I.M. Calpe y D. Altea
Formato: Prestigio 120 págs. Color
Precio: 9 €
Uno de los padres de la ciencia ficción moderna fue H.G. Wells, cuyas novelas siguen conservando un vigor y vigencia inauditos casi cien años después de haber sido escritas.
La Guerra de los Mundos, una de sus obras más conocidas, relataba la invasión de la Tierra por parte de los habitantes del planeta Marte y, además de las repercusiones que tuvo en su momento la novela o posteriores versiones radiofónicas [1], fue la causante de la aparición de un subgénero que hoy en día todavía goza de buena salud: El de las invasiones extraterrestres.
Killraven, un personaje creado por la Marvel Comics en los años setenta no sólo era una obra circunscrita dentro de tal subgénero; si no que estaba basada directamente en la obra de Wells.
En este cómic Killraven, un humano criado desde pequeño por los marcianos para que se convirtiera en un gladiador que luchara de adulto en combates organizados para saciar la curiosidad de los propios marcianos, escapa junto con un grupo de humanos del recinto en que estaba confinado desde que prácticamente nació para encontrarse con un planeta Tierra cambiado y excesivamente alienígena. Su único deseo será encontrar en el exterior un lugar donde vivir en libertad, pero los marcianos y los mutantes que pueblan el planeta se lo pondrán bastante difícil.
Alan Davis es el encargado de realizar los dibujos y el guión de esta serie, reunida en un solo tomo en la edición española y, si en la parte grafica realiza uno de sus mejores trabajos, en la narrativa escribe una excelente historia de aventuras que, respetando el clásico en que está basada, está claramente inspirada en la literatura pulp de ciencia ficción de los años treinta.
Porque hay mucho pulp en este cómic: Esta Tierra por la que se mueven Killraven y los humanos que le siguieron en su huída es propia del Marte de las aventuras de John Carter; se presentan sin descanso sugerentes ambientes o personajes exóticos nacidos de la fértil imaginación de su creador; lo que impera más allá de la especulación científica o filosófica es el sentido de la aventura y la necesidad de entretener al lector, aunque, como en todo buen pulp que se precie, la fantasía científica o la filosofía están presentes y al servicio de la historia; y los personajes que protagonizan la historia -en especial Killraven- son arquetípicos de este tipo de narraciones, con personas o muy buenas o muy malas, llenas de ambiciones, sentimientos mesiánicos de hacer lo mejor para sus semejantes, capaces de realizar hazañas increíbles, carismáticos y, aunque parezca mentira, perfectamente definidos pese a los arquetipos sobre los que fueron construidos.
Que no se llamen a engaño quienes piensen encontrarse en este cómic con una obra maestra de la “literatura seria”, pues se encontrarán con una “obra maestra de la literatura pulp”, que no es moco de pavo.
[1] Con la novela, H.G. Wells hizo plantearse a la sociedad Victoriana que su supuesta “superioridad sobre las culturas inferiores” podría no ser tal y podría encontrarse con otra cultura superior a la suya que no esperaría con los brazos abiertos la llegada de los Británicos, y con el serial radiofónico Orson Wells causó una histeria colectiva en los estadounidenses convencidos de que lo que narraba el cineasta eran hechos reales.
José Luis Mora
jmazarias@dreamers.es
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