Para aquellos que vengan totalmente desubicados vamos a comenzar hablando de Alan Moore. Específicamente, de la que por muchos es considerada su obra maestra, en un discutido primer puesto con Watchmen.
Alan Moore nació en Gran Bretaña en el año 1953 e hizo su incursión en el mundo artístico como dibujante de tiras cómicas. Tras un periodo con escaso éxito, a sus 29 años comenzó su andadura por lo que sería su vocación definitiva, guionista de comics.
Algunos recordarán sus primeros pinitos en el mundo del cómic en forma de historias fantásticas para la célebre revista 2000AD, que publicaba todo tipo de narraciones cortas de ciencia ficción y terror. Revista que vio nacer artistas como Alan Davis (dibujante de Excalibur), Dave Gibbons (dibujante de Watchmen) y otros muchos artistas británicos que acabaron trabajando para el Mainstream americano. También trabajó en la revista Warrior y en Marvel UK.
Estas primeras historias, podemos disfrutarlas en la edición española de 2000AD (llamada Tiempo Cero, publicada por la editorial semidesconocida y extinta, MC ediciones) y en las recopilaciones Moorianas realizadas por Dude, particularmente Dr y Quinch, recopilación de historias cortas de dos macarras espaciales,Time Twisters, recopilación de historias referentes a dilemas temporales y La Balada de Halo Jones, publicada por Dolmen.
En estas historias cortas (Halo Jones más bien es una saga), si bien la trama apenas se podía desarrollar por su longitud (y aún asi algo se conseguía), Moore hacía un despliegue de inteligencia y humor sarcástico, que le ha caracterizado desde entonces. Son todas muy recomendables.
Asi estaban las cosas cuando corrían los turbulentos años de 1982, cuando Moore comenzó a publicar su obra “V de vendetta” en las páginas de Warrior. Junto con el dibujante David Lloyd, Moore comenzó a publicar en la revista una historia oscura y bastante seria, en la que se nos presenta una Inglaterra postnuclear y gobernada por el Frente Nacional (partido ultraderechista y conservador), a caballo entre la alemania nazi y el 1984 de Orwell, donde la policía secreta actúa como brazo represor, torturador y ejecutor, donde cámaras y micrófonos espían casas y calles, leyes draconianas penan con la muerte in situ crímenes como al prostitución y la pobreza de la clase media baja es paupérrima.
En este marco, la joven Evey, de 16 años, sale a buscarse un sobresueldo vendiendo su cuerpo al mejor postor. Para su desgracia, su primer cliente resulta ser un agente de paisano del servicio secreto. A punto de ser violada y ejecutada en la misma calle por los agentes de la ley, es rescatada por V, un personaje que entra en escena asesinando a todos los policías, recitando Macbeth y vestido como un embozado de los de Esquilache. En su cara, una máscara burlona oculta su rostro en todo momento. Así es como Evey entra en contacto con el terrorista más terrible y letal que ha conocido Inglaterra. Un anarquista asesino que es la única esperanza de la libertad en este mundo oscuro. En V (el personaje) todo está cuidadosamente elaborado. Su estética, inspirada en Guy Fawkes, conspirador británico del siglo XVI, que intentó volar el parlamento como protesta contra la persecución religiosa. Su actitud, teatral y desenfadada, artística y revindicativa, atacando los pilares de una sociedad corrupta y fascista entre referencias poéticas y monólogos. Su máscara, que se burla de todos y de todo, incluso de la misma muerte.
V es un icono que mediante un tránsito escabroso nos presenta un planteamiento diferente de la libertad del ser humano. Es el mensajero del ciudadano anónimo furioso con el estado tiránico.
No vamos a seguir contando más del argumento, mi recomendación es que se lea el cómic sin más. No suelo usar este término, pero es una Obra Maestra, no solo del cómic, sino del arte en general.
Sobre el dibujante.
Hay quien no soporta el estilo de dibujo, que lo define como confuso, o que todas las caras son iguales.
Nos encontramos en manos de Lloyd, con un dibujo totalmente atipico y dificil de clasificar. Oscuro, como la obra necesita, y con más trazas de retrato que de comic al uso. Evidentemente, se aparta de la línea habitual del “superheroismo”, a la par que define correctamente los escenarios y las caras y las imprime de personalidad.
Lloyd sabe tratar el movimiento y las sombras de manera que juega perfectamente con la historia, su dibujo consigue un realismo casi fotográfico con un trazo sencillo, basándose casi todo en manchas y sombras.
Lloyd ha trabajado con otros británicos como Ennis y Ellis, y en cómics como Hellblazer y War Story.
Moore, por su parte, es un maestro para el que todo halago es poco (aunque él los desprecie). La narración que efectúa le permite jugar con los personajes, con el lector, con la acción. Te hace llorar, emocionarte, saltar, estremecerte y gozar como pocos cómics consiguen.
Particularmente, la combinación de estos dos artistas consigue dar multitud de expresiones a la máscara de V, que evidentemente, solo tiene una. Moore y Lloyd impregnan el papel con un frio húmedo y desapacible, con el malestar del otoño británico, un otoño bajo la mirada de Destino, helado por el miedo a terror estatal y lleno de la hipocresía y la decadencia de la sociedad de los 80 que Moore retrata en esta fábula postnuclear.
Una historia que nos cuenta cosas que han pasado y nos advierte de aquellas que podrían venir. Una expresión del auténtico miedo de un espíritu libre, Moore, ante la locura humana y el terrorismo auténtico. El estatal.
Como momentos cumbre del cómic, destacar el capítulo de “Violeta” (todos los capítulos comienzan con la letra V, genialidades del maestro Moore), el de “Video” donde hace un repaso a la naturaleza del ser humano..., “Valores” que, como ocurre en otros momentos de la obra de Moore (el desenlace de Watchmen, el final de la broma asesina..), pone la carne de gallina.
En definitiva, una obra que cualquier amante del cómic que se precie debería tener como cómic de cabecera (y leerlo, claro!)
Como colofón, un fragmento de la introducción, que aparecía en la recopilación española (supongo que también en la inglesa). Comenzaba con Alan reflexionando sobre lo ingenuo que era al creer que haría falta una guerra nuclear para empujar a Inglaterra a un fascismo. Muchos ni recordarán a aquella mujer, la dama de hierro británica...
"Ahora estamos en 1988. Margaret Tatcher comienza su tercer mandato y lidera sólidamente un Partido Conservador hacia el próximo siglo. Mi hija tiene 7 años y en la prensa circula la idea de campos de concentración para los enfermos del SIDA. La nueva policía anti-disturbios lleva visores negros, como sus caballos, y sus furgonetas transportan videocámaras giratorias en sus techos. El gobierno ha expresado su deseo de erradicar la homosexualidad, incluso como un concepto abstracto. Y uno se pregunta qué nueva minoría será atacada legalmente después. Pienso en llevarme mi familia fuera de este país muy pronto, en los próximos años. Es frio, miserable y corto de miras. Y no quiero estar aquí en el futuro.
Buenas noches, Inglaterra. Buenas noches, Servicios Sociales y la V de la Victoria.
Hola a la Voz del Destino y a V DE VENDETTA."
Alan Moore Northhampton, 1988
Raúl Atreides
"No se qué elegirán los demás, por lo que a mi respecta ya he escogido: Libertad o Muerte" Patrick Henry 1775
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