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Sinopsis:
La lucha entre el bien y el mal continua en las calles de Moscú.
Tras el siniestro desenlace de la primera parte, Antón se dedica a entrenar a otro gran Otro (valgame la rebuznancia) que ha fichado para la luz.
Mientras, su hijo en manos de Zabulón, se vuelve malo malísimo y mata humanos. La conflagración final se avecina y la guerra entre las fuerzas de la luz y la oscuridad parece inevitable.
Opinión:
Quienes disfrutaron de la primera parte, posiblemente disfruten también de esta segunda. Siguiendo un poco la línea que marcó "Guardianes de la noche", esta película gana en claridad, pero pierde en coherencia.
Nos encontramos ante un producto extraño, quizá por no estar acostumbrados al cine eslavo o por los extraños altibajos emocionales que nos presenta la película. Acción a saltos, personajes estrambóticos, hasta el punto de ser ridículos, pero sin intención de serlo. Escenas de efectos especiales bastante bien logrados, pero un poco fuera de lugar.
Las cosas ocurren pero como a trompicones. En general, una amalgama extraña e interesante, con muchos giros argumentales y algo compleja.
No estamos ante una gran película. Es entretenida, extraña, apocalíptica, rara, lenta a veces... Un aire fresco dentro de los acostumbrados clichés del cine de hollywood.
Sin embargo uno se queda con la sensación de que podría ser mejor, más clara, con menos paja y más sustancia...
Como detalles curiosos, noté una degradación de los personajes... Zabulón, ese maligno dios del mal, se pasa la película en bata de seda con armiño, o en chandal y camiseta estilo imperio. Quien te ha visto y quien te ve...
Y el vampiro joven, vestido con unas ropas estrafalarias y un gorro de esos con orejeras pero abierto como una flor... una imágen de pesadilla.
Raúl Atreides
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