El amante desaparecido |
Los primeros rayos del alba se abrieron paso entre la intensa niebla hasta iluminar con un tenue resplandor los aletargados ojos del hombre que yacía, semidesnudo, sobre la hojarasca del cementerio. Este leve resplandor fue suficiente para despertarle, e inmediatamente se revolvi
Por degrimol |