Tu Muro:
El Emperador de la Galaxia
Si un sordo camina por unos pasillos abandonados en los que no hay un alma para oir sus pasos, ¿hace ruido? Por supuesto que lo hace, menuda gilipollez.
Palpatine I de la Galaxia no estaba sordo -que él supiera, que con esto de la Fuerza uno se engaña mucho a los sentidos- pero le daba la sensación de que en aquellos restos del viejo foro todo estaba lleno de fantasmas. Fantasmas de viejas broncas, de guerras, de amores y odios ya olvidados por el paso del tiempo. ¿Habían pasado ya diez años? Sí, y once también. Recordaba bien como todo había empezado, pero no como había acabado. Tenía una ligera memoria de tochos que se superponían sobre otros tochos, de discusiones cíclicas y, en general, papanatas crípticos que se creían ingeniosos pero que todo lo que decían era que eran imbéciles necesitados de un buen abrazo.
Había algo en el suelo, un viejo poster de Anakin Skywalker montado en un horrendo bicho patata en cgi mientras Natalie Portman trataba de sonreir mientras sus ojos parecían gritad "matadme, prefiero hacer Thor 3". El Emperador de la Galaxia lo cogió cuidadosamente y lo miró durante un rato. Sonrió de oreja a oreja y lo hizo pedazos con sus propias manos, sintiendo algo parecido a esa tremenda satisfacción que da el destruir un planeta entero lleno de gente que te lleva la contraria. Era curioso pensar ahora en aquellas peleas, en aquellos argumentos vacios sobre que "las precuelas tienen sentido sólo si las ves con los ojos de la infancia, dentro de diez años las verás en perspectiva y verás que están a la altura de las originales". ¡Ja! Aquel argumento era desesperadamente estúpido en 1999 y seguía siendo un despropósito igual de grande 17 años más tarde. Sí, las cosas habían cambiado tanto...
Mientras se sentaba en la única silla que seguía en pie entre aquellas ruinas, sintió el desagradable tacto de unos restos orgánicos de una sustancia indeterminada. Se limpió con su propia manga descuidadamente y empezó a pensar en toda la gente de aquel foro. Que habría sido de ellos, ¿se habrían muerto ya todos de una vez? Porque la última vez que había destruido un planeta se había olvidado de mirar a ver si había alguna cara conocido, uno nunca tiene el tiempo suficiente para esas cosas cuando se lo está pasando bien. Se olió la mano y le entró la risa floja, era curioso que pisara mierda después de haber criticado tanto a George Lucas por meter chistes de caca culo pedo pis en las precuelas. La vida tiene estas cosas, y te pone en su sitio de la manera más perversa.
Pero ni por esas podía cabrearse. Acababa de ver Rogue One y había vuelto a ver a todos sus viejos amigos, a todos esos camaradas que tantos buenos ratos le habían hecho pasar. No había vuelto a verlos desde allá por 1983, cuando el Imperio había dejado de ser el Imperio y lo habían sustituido sucedaneos con titulos tan poco sugerentes como "El Resto" o los neonazis de vía estrecha de la "Primera Orden". Miró a las estrellas que se colaban entre los agujeros del techo y suspiró pensando en con que poco llegaron a conformarse; algunos
videojuegos, un puñado de cómics, episodios de Clone Wars, Rebels, la Marcha Imperial sonando en el Ataque de los Clones... Habían sido unos años de mierda, y había que reconocerlo con todas las letras.
Echó una última mirada a su alrededor y llamó a su lanzadera personal para que fuera a recogerle. Era curioso que al final los únicos que hubieran podido salvar a "estarguars" fueran sus propios fans, esos que se habían pasado treinta años haciendo fanfilms y tratando de lanzar franquicias que sólo eran sucedaneos. Era curioso que, ahora que por fín volvían a disfrutar en el cine, hubiera hasta campañas promovidas por mamarrachos para boicotear esas películas.
Porque claro -la lanzadera bajó la rampa y lo llenó todo de ese vapor molestísimo que seguía sin entender a estas alturas como podían seguir echando todas sus naves, debería haber electrocutado a más ingenieros- uno se preguntaba a que venía tanto revuelo y tanto boicot absurdo. No podía ser por razones tan absurdas como que la película estuviera protagonizada por una mujer y gente de distintas razas, ¡aquello era absurdo! Que si me dijeras que se quejaban de que hubiera alienígenas o sullustanos de mierda, pues como que es perfectamente comprensible, pero humanos normales y corrientes... Tenía que haber algo más, y desde luego en aquella cáscara vacía llena de nostalgia que veía por la ventana de su nave no había encontrado la respuesta. Se sentía tan, tan viejo...
Tan viejo como la primera vez que le salió una cana, como cuando se encontró que le escaseaba el pelo o la primera arruga cruzó su rostro hasta que dejó de haber rostro y sólo había arrugas. Bajó de su lanzadera de mala gana, sin mirar apenas a los pelotas que corrieron a acompañarle mientras multitud de alegres muchachos de blanco se mantenían tiesos como un palo. Era bonito volver a tener una Estrella de
la Muerte, aquello era como un deseo recién cumplido por el Cubo Cósmico o las bolas del dragón. Vader le esperaba en el ascensor, y hasta la reverencia que le hizo le pareció que tenía algo de cariño. "Se me está ablandando el Ani este -pensó- supongo que todos nos echamos a perder."
-Maestro, hemos preparado todo según sus instrucciones.
-Bien -fingió el Emperador, porque no se acordaba ni de que les había pedido que hicieran- eso me agrada.
El ascensor siguió subiendo durante unos segundos que le parecieron una eternidad. Mientras las puertas del ascensor se abrían y se preguntaba que crema antiedad debía de estar usando Tarkin para parecer tan rejuvenecido, miró otra vez aquel planeta dejado de la mano del Imperio y le vino la inspiración: aquellas ratas miserables, aquellos canallas que pedían el boicot de Rogue One no eran neonazis, ni fascistas, ni racistas/machistas/xenófobos. Todo aquello era pura fachada, ¡aquellos mamarrachos eran su viejo enemigo, los defensores de las precuelas! ¡Los papanatas que se habían atrevido a decirle a él como ver una película, aquellos imbéciles que no tenían ni la menor idea de cine ni suficiente cerebro como para tener un criterio propio!
-Cabrones, si es que lo hacen todo para joderme a mí -masculló.
-¿Decía algo, Alteza? -Tarkin le pareció en aquel momento el hombre más sexy del universo.
-Nada... Sólo que no te imaginas cuánto me alegro de volver a verte.
-Yo también me alegro de verle, Mi Señor. Ha pasado demasiado tiempo.
Sí, había pasado demasiado tiempo. No tenía sentido haber vuelto a aquel sitio, pero el Emperador era consciente de que a veces tienes que volver al pasado para entender el presente. Sí, habían pasado 11 años desde las precuelas y hasta se había estrenado el Episodio VII, pero siempre habría papanatas que le dirían como tenía que ver sus
películas favoritas, como se sentía y que debería opinar. Borregos sin criterio que seguían normalmente a un cretino con complejo de inferioridad que les decía que pensar, y que lo más necesario en esta galaxia era que todos pensaran como el. Pero el Emperador de la Galaxia nunca había entendido lo que era un complejo de inferioridad gracias a que su complejo de superioridad era tan grande que solía aplastar la traquea de los complejos de los demás, lo cual por otro lado era tremendamente edificante y el verdadero sentido de la vida.
Uno de los reactores de la Estrella de
la Muerte -solo uno, que antes de bajar había encargado un rayo suavecito, cortito- señaló timidamente que estaba listo para disparar y los ojos de Tarkin brillaron al cruzarse con los de su Emperador:
-¿Señor...?
-Oh vamos, es tu frase. Yo ya tengo la mía y la conocéis de sobra, así que disfruta de tu día. Ani y tu os lo habéis ganado.
Tarkin trató de evitar la sonrisa que asomaba por las comisuras de los labios, miró al frente y cruzó los brazos a sus espaldas tratando de parecer lo más inexpresivo posible. Hizo una pausa lo suficientemente larga para que Lord Darth Vader se colocara a su izquierda y entonces, henchido del poder de un Imperio que era lo que realmente había lanzado la mayor franquicia cinematográfica de la historia, dijo con un perfecto acento británico:
-"You may fire when ready".
#sw