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Portada de la novela "Estado Crepuscular", editada en la colección GOTAS de PulpEdiciones | |
Ficha libro: Editorial: PulpEdiciones en asociación con Asociación Cultural Metrópolis Milenio Autor: Javier Negrete Nº páginas: 128 Precio: 6 €
Esta fue una de las primeras novelas que escribió hace cosa de unos diez años el ahora famoso escritor Javier Negrete (La Espada de Fuego, Ediciones Minotauro) en una época en la su única novela publicada fue La Luna Quieta, publicada en la antología de los Premios UPC 1991. Esta novela también fue presentada a una edición posterior de estos premios, con poca suerte, pues quedó injustamente en una posición de finalista (ya se sabe que, para los críticos y jurados literarios, humor y ciencia ficción son dos conceptos nunca pueden ir unidos en una obra “seria” de ciencia ficción) aunque luego fuera reeditada por iniciativa de Miquel Barceló en una colección de modesto formato y reducida tirada llamada Quaderns UPCF. A posteriori de su publicación en esta colección ganó los premios Gigamesh e Ignotus, curiosamente unos galardones otorgados por los votos de los aficionados y no de la crítica. Ahora, PulpEdiciones nos ofrece una cuidada reedición en el número 1 de la colección de novelas cortas de autores españoles Gotas. Vale, en la introducción a la reseña he exagerado un poco. El protagonista de esta entretenida novela, David Milar, no tiene una personalidad tan “peculiar” como la de ese gran ídolo de masas que es Pocholo, pero poco le falta, pues al menos David tiene una mente más equilibrada que este televisivo personaje. La novela comienza cuando nuestro particular héroe –que es un vago, fantasma, pícaro, mentiroso, aficionado al Mahou, mujeriego obsesionado con el sexo… Alguien con quien te gustaría salir de juerga, pero a quien no le confiarías el cuidado de tu bien más preciado- haciéndose pasar por su padre, un eminente psiquiatra, decide tirarse a una atractiva mujer llamada Mirtila Lump. Sin comerlo ni beberlo, David viajará (bajo la identidad de su padre) al planeta Hoonai con la misión de curar la esquizofrenia que aparenta sufrir Yagghumast, el ordenador viviente que rige los destinos de los Kghasatshu, la raza alienígena (carnívora y poseedora de un extraño sentido del honor y el deber) que puebla este mundo. En este planeta Milar no sólo tendrá que curar a este raro paciente con sus escasos conocimientos en psiquiatría; si no que también se verá envuelto en una turbia intriga que podría poner en peligro el futuro de la raza humana. Con otros planteamientos y otro personaje más “heroico”, esta novela podría haberse presentado como una apasionante novela de intriga en un ambiente de ciencia ficción en el que se estudian las dos extrañas sociedades extraterrestres que habitan un distante planeta, así como los comportamientos de los terrestres que viven en el. Y todo eso es Estado Crepuscular tan sólo que contado desde un punto de vista diferente en el que casi todos los personajes y situaciones con las que se topa David rozan el esperpento (ese embajador de la Tierra en Hoonai, tan americano y prepotente que es, podría ser la mejor caricatura de George W. Bush). Lo mejor es el estilo narrativo que usa, pues se trata de un supuesto relato escrito de mano del propio David con ese particular estilo de hablar y expresarse que tiene, lo que le permite a Javier Negrete experimentar un poco y salirse de determinadas convenciones lingüísticas y estilísticas. Hay gente que me acusa por que escribo casi siempre reseñas muy generosas con las novelas que critico. Puede que, a veces, tengan razón; pero esta vez no, pues esta novela es un pedazo novelón de tomo y lomo y me atrevería a decir que es una de las mejores novelas españolas de ciencia ficción publicadas en la última década. Y si, encima, le hace soltar unas risas a la persona que se la lea, mejor que mejor…
José Luis Mora jmazarias@dreamers.es
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