Como dicen las reseñas que he leído, el encanto del personaje estriba en que desconoce qué son cosas muy corrientes (como un columpio o el aire acondicionado), pudiendo ofrecer así una visión nueva e inocente sobre realidades cotidianas. Yotsuba -lo digo con cariño- parece un poquito retrasada, por las tonterías que dice o cómo actua, pero por su inocencia y, sobre todo, su alegría de vivir, nos llega enseguida al corazón. Kiyohiko tiene un trazo sencillo y estilizado, entre Kia Asamiya y Masami Tsuda, que encaja perfectamente con la narración y los personajes, y que personalmente considero una debilidad mía... Un bonito manga para reír, sonreír, y sentirse feliz de estar vivo.