Esta era la primera vez en la que, como entrevistador, afrontaba el reto de entrevistar en persona a un entrevistado sin tener a Internet de por medio. El lugar concertado para entrevistar a Natalia Mateo fue El Azul de fucar (C/ Fucar, 5 - Madrid), un local situado en pleno barrio de Las Letras madrileño con un ambiente familiar y relajado, ideal para charlar tranquilamente sobre cualquier tema.
Con algo de retraso achacable a un problema en el Cercanías de Renfe llegué a El Azul y fui recibido por una amabilísima Natalia Mateo, una persona muy cercana capaz de transmilirle su vitalidad y energía a quienes le rodean. Tras sentarnos en una coqueta mesa nos pusimos a charlar y esto fue lo que hablamos.
-¿Qué tal llevas estar considerada la musa del corto en España?
(Risas) Bueno, pues ese es un título que me ponéis la gente que me queréis mucho. No me considero musa del cortometraje. Aunque si existiera ese título y me lo dieran, me encantaría. Pero creo que hay grandes haciendo cortometrajes como Marta Aledo, Marta Belenguer, Macarena Gómez… Todas son unas actrices enormes y están a full con el mundo del cortometraje, por lo que me parecen tan importantes como yo o más. También hay chicas que hacen, un cortometraje al año en vez de tres y son estupendas. De cualquier manera, el hecho de que compañeros de la profesión me tengan en tan alta consideración es un honor. Eso me pone en un sitio que cuando me envían guiones, son todos muy buenos. Es una suerte desde luego. Pero solamente el beneficio, no el hecho de que me consideren eso… En realidad también, eso lo decís los que estáis en revistas, yo no he oído a ningún cortometrajista hablar de mí como la musa del cine de cortometraje. Pero bueno.
-Eso es lo que se dice de ti. Es lo que se dice… (Risas)
-¿Te acuerdas de cómo te surgió la oportunidad de trabajar en tu primer corto?
Mi primer corto fue Carisma y lo hice con mi pareja, David Planell. Marta Aledo y yo estábamos haciendo una obra de teatro y le encargamos una de las escenas. Este scketch, que era muy parecido a Carisma aunque con unos personajes distintos. Gustaba y todas las noches era como el hit de la función. David no se lo podía creer, estaba ahí viendo cómo cada día el público se reía más. Entonces él ya iba como por morbo y pensando “bueno, a ver si hoy se ríen también”… comprobando que el texto era gracioso. David siempre había querido ser director y simplemente se quedó muy tranquilo al saber que funcionaba. Y solo con el hecho de que funcionara ya se atrevió a hacer el corto. Lo que fue muy bonito es que cuando quisimos hacer el corto, como el guión es tan raro... A ver, a ti te dan eso escrito y no tienes ni idea de qué vas a hacer. Nadie del equipo sabía que estábamos haciendo un buen corto. Solamente Marta y yo, que lo hacíamos cada noche en el teatro, y sabíamos que funcionaba. Además de David, que lo conocía como espectador. Pero el resto no se hacía cargo de que iba a ser gracioso y nadie tenía la sensación de estar haciendo un corto gracioso y ni siquiera eso. Luego lo bonito es que fue la primera vez para todos. La primera vez para David, la primera vez para Marta, la primera vez para mí. No sabíamos nada del mundo del cortometraje, con lo cual nos vino un poco grande. Llegó un momento en el que el corto empezó a estar en muchos festivales, a ganar muchos premios, estuvimos nominados a los Goya y nosotros éramos unos pardillos que no teníamos ni idea de nada. En realidad, fue una primera experiencia muy afortunada.
-¿En qué te fijaste para hacer a esa yonki, porque tiene tela?
Tiene tela. Esa yonki es la más grande y es mi yonki preferida de las que yo he hecho, que son bastantes. Pues mira, esa yonki viene en un momento en el cual yo iba a hacer castings, estaba empezando... y yo me ponía muy mona para ir a los castings. Pensaba que lo que se esperaba de nosotras era ir mona, ir normalita y tal... Sin embargo, David llevaba mucho tiempo diciéndome que yo era muy friki, que debía apostar por mi lado friki y no hacía bien yendo a los castings mona y arreglada. Tenía que ir como era, sin más. Yo no estaba muy de acuerdo y le decía “Si tú ves cómo voy a los casting, nadie va a querer charlar conmigo porque tengo mucho temperamento, soy muy rara y digo cosas raras”. Hay algo raro en mí que no está en el estándar de una actriz y con lo que yo no confiaba para nada. De hecho, lo ocultaba y me disfrazaba y todo. David estaba deseando mostrarme tal y como el cree que yo soy: Una actriz rara. Me exigió ponerme en sus manos y no quería escuchar mi opinión porque él sabía que yo podía hacer eso, que podía ser creíble porque hay algo de lo que yo hago que, por muy raro que sea, siempre hay un momento que es creíble, que tiene algo de verdad. Esta es una virtud en la que yo no confiaba y solo confiaba él. La verdad es que acertó y Carisma fue para mí un giro profesional porque empecé a confiar también en el cuajo ese mío y me hizo sentir muy segura. Y ya me pude mostrar un poco más tal y como soy, confiando en que el beneficio que me pudiera traer solo podía ser bueno; en vez de pensar que si enseño como soy, voy a caer mal o van a pensar que soy una friki. Carisma me ayudó a quitarme prejuicios sobre mí misma y a sentirme segura. La verdad es que Carisma fue una experiencia. Coincidió que cuando acabó el corto hice Exprés y me quedé embarazada… Todos los beneficios de Carisma han venido acompañados por el nacimiento de mi hijo. Eso es muy grande, para mí Carisma es muy grande. Coincide en todos mis momentos buenos.
-Sí, y eso es importante…
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