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Hace aproximadamente nueve años colgué una noticia en Daily Dreamers hablando de dos webs nuevas. Una de ellas, tebeos.biz, no duró mucho. La otra, el objeto de este artículo que hoy nos ocupa, la presenté así:
www.lacarceldepapel.com: la primera weblog sobre tebeos. Diariamente tendréis ideas, pensamientos, recomendaciones y pajas mentales de un aficionado a los tebeos: Álvaro Pons.
Pero lo que debía haber sido simplemente eso, una bitácora de Álvaro, tuvo dos consecuencias inesperadas
Por una parte, la paupérrima presencia de las editoriales españolas en internet convirtió a La Cárcel en el lugar óptimo donde publicar notas de prensa y listados de novedades, en el lugar de referencia de la internet comiquera española
Por otra, siguiendo el ya conocido camino que va de la admiración a la imitación, docenas de aficionados empezaron a abrir sus propios weblogs, que nutrían en gran parte de las notas de prensa publicadas en la misma Cárcel. Un vistazo a Tebelogs nos muestra la buena salud que tienen aún hoy en día los "hijos" de La Cárcel
Que un sitio pequeñito, abierto con la pretensión de ser un rinconcito personal, acabara siendo el weblog más visitado e influente del sector del cómic en España es a todas luces una anomalía, pero habla muy bien del trabajo que Álvaro Pons estaba llevando a cabo. Tanto que hacia 2007 los tentáculos del Grupo PRISA se fijan en él y entra a colaborar con El País, tanto con artículos para la edición en papel, como con otro blog, El DDT, integrado dentro de la web del suplemento EP3. A ese nuevo blog es a donde Álvaro traslada parte de los contenidos de La Cárcel, mientras que reserva para esta cabecera sus textos más personajes. Tras esta etapa (que no resultó duradera), Álvaro cierra El DDT y vuelve a concentrar sus esfuerzos en La Cárcel de Papel, pero sin renunciar a las colaboraciones esporádicas con El País
Otro punto de inflexión, y otra consecuencia del tremendo tirón de la bitácora, fue el cierre de los comentarios de los visitantes a principios de 2011, debido a la imposibilidad por parte de Pons de moderarlos todos. Los comentarios volvieron a finales del año pasado con un nuevo mecanismo de control más efectivo
Y ayer, por sorpresa, se produjo el anuncio de Álvaro Pons de su abandono de sus actividades relacionadas con el mundo del cómic, que eran diversas y abundantes. Porque además de La Cárcel y El País su escaso tiempo libre se dividía entre presentaciones, conferencias, viajes a Salones y otras hierbas (a destacar su reciente comisariado en la exposición de autores españoles en el Festival de Angulema)
El mundillo pierde a uno de sus pilares, pero al menos Álvaro, ese ente sin rostro al que conocí a finales de los 90 en el canal #comics® del IRC-Hispano, podrá volver a leer tebeos en paz. Gracias por todo, tío. Nos vemos en los bares
Eme A
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